Maquillaje baking: técnica paso a paso para un acabado perfecto

El maquillaje baking, también conocido como baking, es una popular técnica de maquillaje que pretende conseguir un acabado impecable y duradero. En este método, se aplican polvos translúcidos sobre zonas específicas del rostro y se dejan cocer o fijar sobre la piel, dando como resultado un aspecto suave y mate. Sigue esta guía paso a paso para conseguir un maquillaje perfecto.

Prepara tu piel

Antes de adentrarte en el arte del maquillaje horneado, es fundamental hacer hincapié en la importancia de preparar el lienzo: tu piel. Empieza limpiando suavemente tu rostro para librarlo de impurezas y exceso de grasa. Una vez limpia, aplica una crema hidratante nutritiva adecuada a tu tipo de piel. Este paso garantiza que tu piel esté bien hidratada y crea una base suave para la aplicación del maquillaje. Presta especial atención a la delicada zona de debajo de los ojos, ya que es propensa a la sequedad y a las líneas de expresión. La aplicación generosa de una crema de contorno de ojos puede ayudar a rellenar la piel y minimizar la aparición de arrugas, permitiendo un acabado de maquillaje más impecable.

Tras el paso de la hidratación, es imprescindible aplicar una prebase especialmente formulada para tu tipo de piel. Una prebase de buena calidad ayuda a difuminar las imperfecciones, minimiza la aparición de poros y crea una barrera entre la piel y el maquillaje. Para las pieles grasas, una prebase matificante puede hacer maravillas para controlar el exceso de brillo y grasa a lo largo del día. Por otro lado, las personas con piel seca o sensible deben optar por una prebase hidratante para garantizar que el maquillaje se deslice suavemente y no acentúe las zonas secas.

Unos de los pasos esenciales en la preparación de la piel para el maquillaje es garantizar una protección solar adecuada, con independencia de la técnica de maquillaje que se emplee. Por tanto, después de aplicar la prebase, es fundamental utilizar un protector solar de amplio espectro con un FPS significativo para proteger la piel de los efectos nocivos de los rayos UV. Esta capa de protección no sólo ayuda a prevenir los daños solares, sino que también garantiza la longevidad y estabilidad del maquillaje, sobre todo cuando se expone al calor natural y al sudor a lo largo del día.

Aplica la base y el corrector

Con la piel impecablemente preparada, la siguiente fase para conseguir un maquillaje horneado impecable consiste en aplicar la base y el corrector. Empieza por elegir una base que ofrezca el nivel de cobertura deseado y se adapte perfectamente a tu tono de piel. Utilizando una esponja de maquillaje o una brocha para la base, difumina delicadamente la base en la piel, empezando por el centro del rostro y hacia fuera para garantizar un acabado homogéneo y natural.

Una vez difuminada la base, el objetivo pasa a ser disimular las imperfecciones y crear un aspecto luminoso y esculpido. Elige un corrector que sea un tono más claro que tu base y adecuado a tu tipo de piel. Aplica el corrector en las zonas que deban aclararse o camuflarse, como la zona de debajo de los ojos, el puente de la nariz y las manchas o rojeces. Con pequeños toques con el dedo anular o con una pequeña esponja de maquillaje, difumina cuidadosamente el corrector, asegurándote de que se fusiona a la perfección con la base, dando como resultado un lienzo liso e inmaculado.

Aplica polvos translúcidos

Los polvos translúcidos son la piedra angular de la técnica del horneado, y su aplicación estratégica desempeña un papel fundamental en la consecución del codiciado acabado impecable. Con una esponja de maquillaje húmeda, presiona suavemente una generosa cantidad de polvos translúcidos sobre las zonas donde hayas aplicado el corrector, así como en las zonas propensas al exceso de brillo. La humedad de la esponja ayuda a que el polvo se adhiera a la piel y garantiza una aplicación eficaz y uniforme. Es esencial ser generosa pero precisa, ya que el objetivo es crear una capa fina que fije eficazmente el maquillaje y ayude a controlar el exceso de humedad y grasa.

Después, con una brocha grande y esponjosa, retira con cuidado el exceso de polvo, dejando un acabado suave y aterciopelado. Las cerdas de la brocha desplazan delicadamente cualquier resto de polvo no adherente, asegurando que la piel quede con un tacto natural y ligero, desprovisto de cualquier aspecto pesado o apelmazado. Esta aplicación meticulosa y la retirada de polvos translúcidos preparan el escenario para el inminente proceso de “horneado”, garantizando una transición sin problemas al siguiente paso de la técnica.

Deja que los polvos se horneen

Como sugiere el término “horneado”, este paso consiste en dejar que los polvos translúcidos se “horneen” sobre la piel, aprovechando el calor natural de la piel para conseguir un aspecto impecable y levantado. El breve interludio de unos 5 a 10 minutos da a los polvos tiempo suficiente para asentarse e interactuar con los aceites naturales de la piel, creando eficazmente un efecto de enfoque suave que difumina las imperfecciones y fija la base y el corrector, dando como resultado un acabado suave y duradero.

Durante este periodo, es un momento oportuno para atender otras tareas de maquillaje, como definir las cejas, resaltar los ojos o añadir un toque de color a los labios. El proceso de dejar que los polvos se horneen es un momento ideal para realizar varias tareas a la vez y aprovechar el interludio para aplicar el maquillaje de forma eficaz e impecable, asegurando que el resultado no sea menos que espectacular.

Elimina el exceso

Con el proceso de horneado completo, el toque final de la técnica consiste en cepillar meticulosamente el exceso de polvos translúcidos, un paso crucial para garantizar un aspecto pulido y refinado. Utilizando una brocha esponjosa, barre suavemente los polvos residuales, utilizando movimientos suaves y de barrido para asegurarte de que la piel queda con un acabado impecable y radiante.

Este paso también es fundamental para garantizar que el maquillaje tenga un aspecto natural y ligero, ya que el exceso de polvos, si no se eliminan diligentemente, puede dar lugar a un aspecto apagado o apelmazado. Por lo tanto, la eliminación cuidadosa y minuciosa del exceso de polvos es parte integrante de la técnica de horneado, que da como resultado un efecto luminoso y aerografiado, sinónimo de la tendencia del maquillaje horneado.

Para pieles grasas y mixtas

La técnica horneada es especialmente ventajosa para las personas con piel grasa o mixta, ya que sirve como método eficaz para controlar el exceso de grasa y brillo a lo largo del día. Al permitir que los polvos translúcidos se cocinen, las personas con piel grasa o mixta pueden combatir eficazmente la aparición de brillos no deseados, asegurando un acabado suave y mate que soporta las exigencias de un día ajetreado o un acontecimiento especial.

Además, la técnica de cocción ofrece una solución de maquillaje duradera para las personas con piel mixta, ya que ayuda a que la base y el corrector se fijen eficazmente, garantizando que el maquillaje se mantenga intacto y fresco, sin necesidad de retoques o reaplicaciones frecuentes.

Evita la piel seca

Aunque la técnica de cocción ofrece multitud de beneficios para las personas con piel grasa y mixta, es importante que las personas con piel seca tengan cuidado al utilizarla. El proceso de horneado implica la aplicación de una cantidad sustancial de polvos translúcidos y una fijación temporal en la piel que, en el caso de las personas con piel seca, puede acentuar involuntariamente los parches secos y las líneas finas, provocando un aspecto envejecido y no deseado.

Para las personas con piel seca, es aconsejable optar por técnicas de maquillaje alternativas que den prioridad a la hidratación y a un acabado ligero, como la aplicación de un spray hidratante fijador o el uso de polvos ligeros que realcen la hidratación. Elegir métodos que se adapten a los requisitos y características específicos de la piel seca garantiza que el maquillaje no sólo parezca impecable, sino que mantiene la luminosidad natural y la salud de la piel.

Cuándo utilizar el horneado

La técnica del horneado, que hace hincapié en conseguir un acabado de maquillaje duradero e impecable, es especialmente adecuada para ocasiones especiales, eventos o cualquier ocasión en la que se desee un aspecto meticulosamente pulido. Tanto si se trata de una boda, una sesión de fotos, una salida nocturna o una reunión formal, la técnica del horneado puede cambiar las reglas del juego y garantizar que el maquillaje conserve su forma perfecta, sin alteraciones, durante un periodo de tiempo prolongado.

Además, la técnica del horneado también es una opción excelente para las personas que aprecian una rutina de maquillaje minuciosa y dominan el arte de aplicar y perfeccionar el maquillaje. Aunque la técnica puede requerir un poco de tiempo y precisión, el resultado final es un maquillaje sofisticado y duradero que resiste el paso del tiempo, ofreciendo un acabado perfecto para cualquier ocasión.

Conclusión

En conclusión, la técnica de maquillaje horneado es un método popular para conseguir un acabado impecable y duradero. Preparando adecuadamente la piel, aplicando base de maquillaje y corrector, y horneando cuidadosamente polvos translúcidos, se puede conseguir un cutis suave y mate. Aunque esta técnica es adecuada para pieles grasas y mixtas, puede no ser ideal para quienes tienen la piel seca. Utiliza el horneado con moderación y en ocasiones especiales para obtener los mejores resultados.

El horneado.

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